Especialistas del sistema de salud del municipio alertan sobre los efectos nocivos del consumo y exposición al humo de tabaco ajeno. Además del aumento de las probabilidades de enfermedades cardíacas, vasculares y pulmonares, también advierten sobre el impacto durante el embarazo.
Cada 31 de mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS) concientiza sobre los efectos nocivos letales del consumo del cigarrillo y la exposición al humo de tabaco ajeno.
“Nunca es tarde para dejar de fumar a pesar de que la persona haya fumado toda su vida”, resumió Mariana Cabrera, neumonóloga del Hospital Municipal Ciudad de Boulogne.
La médica señaló que el tabaco puede provocar enfermedades cardiopulmonares, cáncer de pulmón y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y afecta muchos órganos del cuerpo.
“Hay enfermedades que mejoran al abandonar el tabaco, como la EPOC. Las afecciones cardiopulmonares se retrasan, se rejuvenece la piel, el olfato aumenta, entre muchas otras mejoras”, explicó Cabrera.
Y sumó: “El primer paso para dejar de fumar es tomar la decisión. Y acudir a un profesional. Se puede, aunque no es fácil cuando existen hábitos estimulados por una sociedad consumista”.
Acerca de la relación entre el cigarrillo y el embarazo, Guillermo Darsy, jefe de Oncología del Municipio, explicó: “El humo no solo es tóxico para la mujer embarazada, sino también para el feto que son fumadores pasivos. Si la madre fuma durante el embarazo se incrementa el riesgo de lesiones placentarias, el feto puede nacer con disminución de peso y puede haber muerte súbita, entre otras complicaciones. Se calcula que aproximadamente más de 250 toxinas eliminaría el humo del tabaco, atravesando la barrera placentaria algo nocivo para el feto”.
Fuente y foto: Prensa San Isidro
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